Pintar un mueble

Pintar un mueble o una puerta

A menudo nos encontramos con qué algún mueble ya sea una silla, una mesa, una cajonera… está algo anticuado pero aún nos es funcional. Para ello podemos hacerle un sencillo cambio pintándolo y dejarlo como si fuera nuevo.

En el post de hoy vamos a explicar cómo debemos proceder sí queremos darle una segunda vida a este mueble o puerta sin tener que tirarlo o cambiarlo a través de 3 técnicas.

Técnicas y materiales

Tenemos diferentes técnicas para pintar un mueble, la diferencia entre ellas es el medio que utilizamos para pintar o el tipo de pintura, vamos a analizar las opciones que tenemos:

1- La primera sería pintar nuestro mueble o puerta con pistola especial de pintura, para ello los materiales que necesitamos serían un compresor, una pistola de pintura, una lija, vinagre y comprar pintura en una tienda pinturas.

2- También tenemos la opción de pintarlo a rodillo, en este caso necesitamos los mismos materiales pero sin la pistola de pintura y el compresor. Es recomendable tener aparte de un rodillo, un pincel, para poder llegar a los sitios más difíciles.

3- Por último, podemos utilizar la técnica chalk paint que la única diferencia con el proceso anterior es el tipo de pintura, en este caso utilizaríamos pintura a la tiza, que permite crear ese estilo vintage, retro.

Depende de lo que vayamos a pintar necesitaremos un tipo de pintura u otro ya que no es lo mismo pintar una puerta de madera que una metálica. Para esta última necesitaremos pintura para metales.

Pasos para pintar un mueble o una puerta:

Los pasos para pintar con las tres técnicas son los mismos, la única diferencia es el elemento con el que lo pintamos.

1. El primer paso es cubrir la zona donde vayamos a pintar con cinta de carrocero o diarios, ya sea el suelo, las paredes u otros muebles cercanos, para que no se ensucie nada.

2. Una vez está todo cubierto procedemos lijar nuestro mueble o puerta. Debemos hacerlo con una lija grano fino para no marcar nuestro mueble. A continuación es importante limpiar con un trapo para no dejar restos.

3. Seguidamente humedecemos un trapo con vinagre y lo pasamos por todo nuestro mueble, sin dejarnos ningún trozo. Esto lo que hará es quitar las posibles siliconas que quedan en él y así la pintura se adhiere mejor.

4. A continuación movemos la pintura y empezamos a pintar, según la técnica que queramos utilizar, ya sea rodillo, pistola o chalk paint.

5. Una vez hemos acabado y sin dejar que seque la pintura, quitamos la cinta de carrocero o el diario, ya que si la pintura se seca y sigue puesta la cinta, cuando la vayamos a quitar, nos llevaremos parte de la pintura, así que es importante acordarse de quitarla antes de dejar secar.

¿Por qué técnica decantarnos?

Bien, depende de tus necesidades y sobretodo de tu estilo. Es decir si necesitas hacer una transformación low cost y rápida la mejor opción sería el rodillo. Si quieres que tu transformación quede impecable y que no se aprecie apenas que ha sido pintado por segunda vez, yo utilizaría la pistola. Por último si tu estilo de casa es más vintage o incluso nórdico, con madera decapada en color blanco, yo utilizaría la técnica chalk paint.

¿Pintura mate, brillo o satinado?

Tenemos diferentes tipos de acabados disponibles y en ocasiones nos preguntamos cuál quedará mejor. La respuesta es, depende de lo que vayas a pintar, en el caso de que pintes puertas es recomendable que sea satinada ya que normalmente las puertas no suelen ser brillantes y los colores mate se ensucian más que el satinado, así que preferiblemente satinado.

En el caso de que sea un mueble que tampoco hay que tocar mucho y por tanto no hay peligro de que se queden los dedos marcados constantemente, podemos pintarlo de color mate.

Si queramos pintar un radiador es recomendable pintarlo con acabado brillo porque es muy usual que sean así y de otra manera podría quedar extraño.

Por tanto, según nuestras necesidades y el uso que vayamos a darle a ese mueble o puerta le daremos un acabado u otro.

Tipos de iluminación para una cocina

Tipos de iluminación para una cocina

Al decorar tu casa, siempre llega el momento de decidir cómo vas a querer que se vea tu cocina. Asimismo, el factor iluminación también entra en juego y cobra mucha importancia. No es lo mismo que tu cocina juegue mantenga una armonía entre luz natural y artificial, a que se vea sobreiluminada. El uso de bombillas LED en una cantidad adecuada, te ayudará a darle el toque que tanto buscas a esta zona de tu hogar.

Iluminación natural

Tan importante como el uso de lámparas de techo en tu cocina es observar su iluminación natural. Este detalle es muy importante ya que influirá en la distribución de las bombillas LED en tu cocina. Es decir, cuanta más luz natural entre en tu cocina, mejor debes distribuir las bombillas LED en la habitación. De igual manera, la luz del Sol te ayudará en el ahorro energético diario. Al mismo tiempo, conocer el alcance de la luz natural en tu cocina te ayudará a encontrar la armonía con la iluminación LED.

Utilizar bombillas LED de luz fría

 

La cocina es tanto una zona de reunión como de trabajo, por eso es posible que pases mucho tiempo en ella. Sin importar si es por diversión, desconexión o para preparar tu comida del trabajo. Es por esto que se recomienda que se utilice una iluminación LED con luces frías. Esto se debe a que este tipo de luces cansa menos la vista y da una sensación de calma y confort al lugar. El uso de bomillas LED de colores azules o blancos mejorará el ambiente de tu cocina, a la vez que potencia la decoración de la zona.

Luz amarilla para las zonas de trabajo

 

Es cierto que la luz fría es de gran importancia para no cansar la vista y que la cocina tenga un ambiente ameno. Pero, de igual manera, es de vital importancia utilizar luces cálidas para las zonas de trabajo en la cocina. Esto se debe a que este tipo de iluminación LED aporta más visibilidad y permite observar mejor los detalles en lo que se realiza. Por ello, recomendamos la instalación de pequeñas lámparas de techo cercanas a la zona donde se va a trabajar. Esto permite tener iluminación concentrada en donde vas a preparar tus platos y que no te falte luz en ningún momento. Al mismo tiempo, una luz cálida crea sintonía con la luz fría general y destaca la importancia de la zona de trabajo.

Mezcla entre iluminación LED y natural

Una vez que sabes que la luz natural es muy importante en tu cocina y que puedes utilizar lámparas de techo para mejorar el ambiente de la zona, solo te falta lograr armonía entre ambas. Para ello, la distribución de las bombillas LED en la habitación será crucial. Te recomendamos que en las zonas de menor iluminación coloques las bombillas LED con mayor potencia. Por otra parte, en las partes de la cocina donde la luz natural entre con mayor fuerza colocarás las luces con menor intensidad de iluminación. Así lograrás que durante las horas diurnas la luz artificial no destaque sobre la natural. De igual manera, mientras pasen las horas irás notando como el Sol da paso a la iluminación LED, sin que se note forzado.
Una vez que ya sabes el tipo de iluminación que puedes tener en tu cocina y cómo mezclarlas, ¿a qué esperas? El uso de unas buenas bombillas LED te ayudará a darle a tu habitación ese toque que buscas. Además, la armonía entre luz natural e iluminación LED destacará tu gusto y capacidad de decoración.

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